Nosotros estamos tan tranquilos, casi felices de nuestra vida color fucsia que aunque no sea rosa pues se le parece mucho. Un día de repente y sin avisar, entra en nuestras vidas un tipo que durante años de su vida ha ido acumulando violencia y hoy nos trae una porción a nuestra puerta.
La idea no nos gusta, es más, la odiamos. Esa violencia acumulada no es nuestra, no la queremos para nosotros , queremos que se la quede. Pero sabemos que eso no es lo que va a pasar, lo que va a pasar es que ese tipo nos hundirá en el dolor y destruirá los cimientos de nuestro mundo fucsia.
Y entonces si, la violencia será nuestra.
Es nuestro turno y queremos aplastarlo como a una cucaracha, por justicia claro. La justicia de ojo por ojo con el sistema legal de cómplice, el crimen perfecto. Pero hay una cosa que deberíamos saber y es que donde ves una cucaracha, hay mil más. Matar una, o mil, no va a solucionar nada. Tenemos que acabar con el nido, con la violencia que alimenta el nido. Tendríamos que evitar que ese tipo creciera acumulando esa violencia, pero eso es demasiado trabajo. Resulta más fácil contratar una, o mil cucarachas más gordas para que vigilen nuestra puerta y pensar que así estamos seguros en el reino de las cucarachas y solo estamos sembrando violencia.
Lo característico de la vida actual no son la inseguridad y la crueldad, sino el desasosiego y la pobreza.
ORWELL, George
sábado, 28 de febrero de 2009
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1 comentario:
LA GENTE DICE
La gente dice:
«Pobres tiene que haber siempre»
y se quedan tan anchos
tan estrechos de miras,
tan vacíos de espíritu,
tan llenos de comodidad.
Yo aseguro
con emoción
que en un próximo futuro
sólo habrá pobres de vocación.
Gloria Fuertes
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