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jueves, 19 de febrero de 2009

La vida que murmura. La vida abierta.
La vida sonriente y siempre inquieta.
La vida que huye volviendo la cabeza,
tentadora o quizá, sólo niña traviesa.
La vida sin más. La vida ciega
que quiere ser vivida sin mayores consecuencias,
sin hacer aspavientos, sin históricas histerias,
sin dolores trascendentes ni alegrías triunfales,
ligera, sólo ligera, sencillamente bella
o lo que así solemos llamar en la tierra.

Gabriel Celaya




Todos somos aficionados: en nuestra corta vida no tenemos tiempo para otra cosa.

CHAPLIN, Charles Spencer


5 comentarios:

Angeles dijo...

¿Cambiamos?

Qué Nos Pasa?

Falta tiempo para escribir sonetos,
para hacer el amor,
para esperar en una misma esquina.
Falta razón para otro brindis,
para una mano más,
para una lágrima escondida.
Falta espacio para un abrazo tibio,
para el silencio de la música,
o el misterio burlón de la alegría.
Falta el verde en las calles,
el rojo en los vestidos,
el blanco en las heridas.
Falta emoción en las palabras,
escrúpulos en el espejo,
calor en las nostalgias compartidas.
Falta la luz en los amaneceres,
los surcos en la tierra,
el lápiz y el pincel de los suicidas.
Falta pan, falta envido, falta vida.
Esteban Charpentier

Besos (el único problema de la poesía, es que dejas que hable por ti, de manera, que en ocasiones olvidas tus propias palabras)

LLop dijo...

Supongo que si.

LLop dijo...

Falta emoción en las palabras,
escrúpulos en el espejo,
calor en las nostalgias compartidas....

d2 dijo...

Gracias Me encanta Celaya. Está de PM pasear por tu blog

LLop dijo...

Me alego que te guste D2